SU BIENESTAR EMOCIONAL ESTÁ EN JUEGO
Las personas en situación de vulnerabilidad presentan mayor riesgo de sufrir malestar emocional.
A raíz de la pandemia, se ha doblado el porcentaje de trastornos alimentarios, emocionales y conductuales entre niños, niñas y adolescentes de 4 a 16 años.
Crece el malestar emocional de manera desigual
El riesgo de sufrir malestar emocional no es igual para todos los niños y niñas.
Las niñas/os, adolescentes y jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad presentan mayor riesgo de sufrimiento y de verse afectados en el ámbito emocional ya que tienen una carga más grande derivada de dificultades en el entorno escolar, social y/o de convivencia familiar. Muchos viven en entornos con situaciones de mucha vulnerabilidad (violencia, dificultades económicas, desestructura familiar, entre otros).
La llegada de la pandemia no ha hecho más que agraviar las desigualdades existentes, y hacer más grandes sus preocupaciones, miedos y angustias. Y si bien el virus ha estado más benévolo con niños, niñas y adolescentes, las medidas de confinamiento, el miedo al contagio, la pérdida de gente querida, la incertidumbre por el futuro, y el cierre de escuelas les ha marcado especialmente.
Según una encuesta realizada por más de 200 familias y publicada por la Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, el 69% de las familias afirmaron que durante el confinamiento sus hijos e hijas presentaron reacciones emocionales negativas, el 31,3% problemas con el sueño y el 24% cambios de conducta.
A pesar que todavía no se ha podido hacer una evaluación final de los efectos que ha tenido la Covid en los menores, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ya ha anunciado que las urgencias psiquiátricas de niños/as y adolescentes han crecido un 50% a raíz de la pandemia. Se ha doblado el porcentaje de trastornos alimentarios y emocionales, y se han multiplicado los casos de autolesiones entre niños y niñas de 4 a 16 años.
Entre las personas jóvenes, el aumento de casos con trastornos de salud mental ha estado especialmente preocupante. Según los datos del Departamento de Salud, durante la primera oleada de la pandemia, las consultas por trastornos de ansiedad se dispararon un 127% y un 74% las relacionadas con el suicidio y conductas autolesivas.
Pero la pandemia no solo ha afectado a niños, niñas y jóvenes, sino que ha impactado en el bienestar emocional de toda la población.
Un informe del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), afirma que más del 50% de la población española reconoce haber sentido tristeza o ansiedad desde que se decretó el estado de alarma.
Estas son solo algunas de las cifras que reflejan que el malestar emocional ha empeorado desde el inicio de la pandemia, y que hay que poner medidas para revertir la carencia de recursos públicos, y para tratar y velar por la salud y el bienestar de la sociedad, convirtiéndose en uno de los principales retos en todo el mundo.
En la Fundació Comtal apostamos por la educación emocional
En la Fundación Comtal acompañamos a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en su crecimiento socioeducativo y en la gestión de sus emociones.
Creemos firmemente que la educación es uno de los derechos que más capacidad tiene para revertir las situaciones de vulnerabilidad, por eso apostamos por acompañar a los niños y niñas de manera integral, desde todos los ámbitos, también el emocional.
Para combatir y prevenir el malestar emocional, apostamos por la educación emocional desde muy pequeños y pequeñas, puesto que en un 70% de los niños, adolescentes y jóvenes aparecen síntomas asociados a trastornos mentales.
El acompañamiento a través de la educación emocional permite trabajar la comprensión y expresión de aspectos psicológicos de los niños (dificultades y malestar cotidiano) y que puedan encontrar nuevas formas de hacer y ser en su día a día.
Proponemos actividades para promover la salud y la prevención de las conductas de riesgo mediante el desarrollo de competencias emocionales. Así los niños y adolescentes pueden reconocer sus propias emociones y aprender a expresarlas, trabajar la autoestima, la motivación, y las relaciones con las personas que las rodean.
Sabemos que trabajando las competencias emocionales, podemos conseguir que niños y jóvenes puedan resolver de manera positiva los conflictos proporcionándolos recursos y herramientas para poder enfrentarse a su día a día.
Contamos con educadores y educadoras especialistas que apoyan y acompañan de manera grupal e individual a los niños, niñas y adolescentes que atendemos, así como a sus familias. Cómo hemos visto, el bienestar emocional se ha visto empeorado a raíz de la pandemia, y esto nos ha hecho invertir más esfuerzos, tiempo y recursos a favor de la educación emocional. Una de las primeras medidas que implementamos cuando decretaron el estado de alarma fue ampliar nuestro servicio de apoyo y acompañamiento psicológico gratuito a los niños, jóvenes y sus familias.
“Las familias que se encuentran en situaciones de conflicto con sus hijos e hijas necesitan mayor orientación y más herramientas para poder gestionar los malestares en casa. Desde la Fundación Comtal se apoya y acompaña a las familias, y se trabaja con ellas diferentes herramientas para ayudarles a mejorar el bienestar emocional de la familia. Sabemos que cuando las madres y padres se sienten seguros de lo que hacen y están estables emocionalmente, esto tiene un impacto positivo en sus hijos e hijas.”-Pilar, psicóloga Fundació Comtal-.
Dentro de nuestros proyectos socioeducativos y formativos, realizamos actividades de arteterapia con 111 niños/as, adolescentes y jóvenes, donde a través de actividades de ocio se trabaja directa o indirectamente aspectos como los sentimientos, la pertenencia, los retos, el acoso, los cambios o la muerte.
El Arte como vínculo de expresión
A veces ocurre que el niño/a o joven no encuentra las palabras adecuadas para poner nombre a aquello que le pasa. A través de la creatividad y el arte proponemos diferentes maneras de expresar las emociones; hacen dibujos, escuchan música, escriben, hacen manualidades; son muchas las maneras en qué aprenden a poner “emociones al arte”. A la vez también consiguen romper bloqueos y suavizar el malestar interior.
“Apostamos por la educación emocional desde muy pequeños y pequeñas, y a través de la arteterapia, los cuentos, el juegos y los espacios de reflexión y opinión, trabajamos la gestión del malestar y les enseñamos a identificar y expresar sus emociones”- Gemma, educadora Centro Abierto Tria-.
También ofrecemos apoyo psicológico y musicoterapia para que puedan canalizar sus sentimientos, potenciar sus capacidades y mejorar su bienestar.
La música, una herramienta para trabajar las emociones
En el proyecto de musicoterapia atendemos a 10 niños y niñas semanalmente a través de sesiones grupales e individuales. Durante las sesiones, fomentamos el autoconocimiento, la identificación, la comprensión y la canalización de las emociones a través de la música, las improvisaciones, los juegos y las reflexiones verbales.
Trabajamos de la mano de Musicoterapia BCN. La experiencia de las terapeutas nos da herramientas y nuevos conocimientos para mejorar en las metodologías de la intervención socioeducativa y para mejorar aspectos relacionados con el área psicoemocional, como por ejemplo la tolerancia, la frustración, la autocontención y la expresión y reconocimiento de emociones y otras del área psicosocial como son la cohesión y el respeto entre niños/as a la hora de aceptar la diversidad y la forma de establecer vínculos. Por otro lado, se favorecen aspectos del área cognitiva o psicomotriz de la persona como la atención, la memoria, la concentración o la coordinación.
Trabajamos competencias emocionales en cocina
En la Escuela de Segunda Oportunidad, utilizamos la cocina como herramienta para mejorar las habilidades y el desarrollo social, emocional y conductual del alumnado.
Semanalmente, el aula de cocina se convierte, para un total de 53 alumnos en un espacio de desarrollo personal donde les ayudamos de manera natural a conseguir un bienestar emocional positivo.
En las clases, el alumnado expresa a través de creatividades culinarias, sus emociones, libera tensiones y trabaja conflictos internos, a la vez que aprende a servir, preparar y presentar platos gastronómicos con mucho gusto y creatividad.
“Enseñamos a cocinar y en paralelo trabajamos el autoconocimiento, el autocontrol, la motivación, la empatía y otras habilidades sociales a través de diferentes dinámicas de trabajo en equipo o con ejercicios en que el alumnado desarrolla una receta mientras trabaja una emoción”-Juan Carlos, tallerista de cocina-.
Gracias a las clases de cocina, y también a las clases de meditación, de educación por la salud, y de visual y plástica, trabajamos competencias emocionales, y junto con el acompañamiento próximo que hacemos en tutorías y asambleas, el alumnado consigue adquirir competencias transversales para mejorar en su vida personal, formativa y laboral.
Ofrecemos soporte psicològico
En la Fundació Comtal ya hace casi 10 años que hemos entendido la importancia de trabajar los problemas de bienestar emocional cuando estos nos superan, creando un servicio específico y gratuito para las personas que atendemos: niños, adolescentes, jóvenes y familias en situación vulnerabilidad.
A lo largo de estos años hemos atendido una media de 20 familias al año y hemos hecho un total de 350 sesiones de terapia individual, familiar y grupal a un total de 60 personas.
Además, desde el programa observamos a niños/as y jóvenes con necesidades de apoyo psicológico cuando se encuentran en otros programas de la fundación para poder ofrecer al equipo educativo del centro, herramientas y recursos para que puedan mejorar la calidad de su intervención educativa.
También apoyamos emocional a los equipos educativos desde el autocuidado.
Al finalizar el curso, se observa que el 76% de las personas atendidas mejoran su bienestar emocional y que el 100% están satisfechas con el servicio y los recursos y herramientas facilitadas para mejorar su estado emocional.
Des de la Fundació Comtal…
Creemos que el acceso en condiciones de igualdad a una educación y salud emocional de calidad es un elemento clave en el desarrollo personal y en la inclusión de la infancia. Por eso pedimos a las administraciones que prioricen la inversión en este ámbito, que se reconozca el trabajo que se desarrolla desde los centros donde se interviene en situaciones de mucha vulnerabilidad y que se trabaje para que la salud emocional sea gratuita y accesible en todo el mundo.
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